29 de febrero de 2024
Las comunidades energéticas permiten a grupos de personas o entidades colaborar y compartir los beneficios de la generación, consumo y ahorro de energía renovable. Su objetivo principal es democratizar la energía, hacerla más accesible y fomentar la sostenibilidad ambiental.
Las comunidades energéticas han demostrado su eficacia no solo en comunidades de vecinos o urbanizaciones, sino también en el conjunto de una población. A través de los ayuntamientos, pueden convertirse en una pieza clave para la transición energética, con importantes ventajas para los ciudadanos, los comercios locales, las empresas y las instituciones públicas.
¿Qué son las comunidades energéticas?
Las comunidades energéticas son agrupaciones de individuos, hogares, empresas o entidades locales que se unen para producir, consumir, gestionar y compartir energía renovable de manera colectiva. Estas comunidades se basan en la proximidad geográfica y en el compromiso compartido hacia la sostenibilidad y la autonomía energética. A través de la generación de energía renovable, como la solar, las comunidades buscan no solo satisfacer sus propias necesidades energéticas, sino también contribuir al sistema energético de una manera más verde y eficiente.
El modelo de comunidades energéticas pone el énfasis en la descentralización del suministro energético, reduciendo la dependencia de las grandes infraestructuras de producción y distribución de energía y promoviendo la autogestión de los recursos energéticos a nivel local. Esto permite que los beneficios económicos, sociales y ambientales de la generación de energía se mantengan dentro de la comunidad, fortaleciendo la economía local y fomentando un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida entre sus miembros.
Objetivos de las comunidades energéticas
Las comunidades energéticas no solo buscan transformar la forma en que se produce y consume la energía, sino que también aspiran a crear un impacto positivo en el plano social, económico y ambiental, contribuyendo así a un futuro más sostenible y equitativo. ¿Cómo? A través de los siguientes elementos:
Democratización de la energía. Las comunidades energéticas facilitan el acceso a la energía renovable para todos, permitiendo que los ciudadanos tomen un papel activo en la transición energética. Esto incluye la participación en la toma de decisiones sobre cómo se produce, consume y gestiona la energía dentro de la comunidad.
Sostenibilidad ambiental. Contribuyen de manera significativa a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la adopción de energías limpias y la implementación de prácticas de eficiencia energética, apoyando así los esfuerzos globales para combatir el cambio climático.
Independencia y seguridad energética. Mejoran la seguridad y la soberanía energética al reducir la dependencia de fuentes de energía externas y fomentar la generación y el consumo local de energía. Esto también contribuye a la resiliencia de la comunidad frente a interrupciones del suministro energético y a la volatilidad de los precios de la energía.
Cohesión social. Fomentan la cohesión social y el sentido de comunidad al unir a las personas en torno a un objetivo común. Las actividades conjuntas en el ámbito de la energía pueden fortalecer los lazos comunitarios y promover la inclusión social.
Innovación y desarrollo económico. Impulsan la innovación tecnológica y el desarrollo económico local a través de la inversión en proyectos de energía renovable. Esto puede incluir la creación de empleo local en sectores relacionados con las energías renovables y la eficiencia energética.
Beneficios de las comunidades energéticas
Las comunidades energéticas ofrecen una amplia gama de beneficios no solo para sus miembros individuales, tanto particulares como empresas, sino también para la sociedad en general. Estos beneficios reflejan el potencial transformador de las comunidades energéticas en varios aspectos de la vida económica, social y ambiental. Conozcamos los más importantes:
Para los particulares
Ahorro en costes de energía. Los miembros individuales pueden beneficiarse de una reducción significativa en sus facturas de energía gracias al autoconsumo de energía renovable generada localmente y la posibilidad de vender los excedentes de energía de vuelta a la red.
Acceso a energía renovable. Las comunidades energéticas facilitan el acceso a energías renovables para aquellos que de otra manera no podrían permitírselo, como los habitantes de bloques de viviendas o aquellos sin la capacidad de instalar tecnología renovable por sí mismos.
Atracción de nuevos residentes a la comunidad. Un factor que puede solucionar problemas como la falta de población u otros retos demográficos.
Empoderamiento y participación. Los participantes tienen la oportunidad de involucrarse activamente en la transición energética, tomando decisiones sobre la producción y el consumo de energía en su comunidad. Esto fomenta un sentido de pertenencia y contribución a un bien mayor.
Para las empresas
Imagen corporativa y responsabilidad social. Las empresas que participan en comunidades energéticas pueden mejorar su sostenibilidad y responsabilidad social corporativa, fortaleciendo su imagen de marca y atrayendo a clientes y empleados que valoran la ética ambiental.
Estabilidad de costes energéticos. La generación propia de energía renovable puede ofrecer a las empresas una mayor previsibilidad y estabilidad en los costes energéticos, protegiéndolas contra la volatilidad de los precios de la energía en el mercado.
Nuevas oportunidades de negocio. La participación en comunidades energéticas puede abrir nuevas vías de negocio y colaboración, incluyendo el desarrollo de nuevos productos o servicios relacionados con la energía renovable y la eficiencia energética.
Para la sociedad y el medio ambiente
Reducción de emisiones de CO2. Al fomentar la generación y el consumo de energía renovable, las comunidades energéticas contribuyen significativamente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y a la lucha contra el cambio climático.
Fomento de la economía local. La inversión en energías renovables a nivel local genera empleo y mantiene los beneficios económicos dentro de la comunidad, apoyando el desarrollo económico sostenible.
Mejora de la independencia energética. La diversificación de las fuentes de energía y la generación distribuida aumentan la resiliencia del sistema energético frente a interrupciones y desastres naturales.
Innovación tecnológica. Las comunidades energéticas pueden actuar como laboratorios vivientes para la innovación en tecnologías de energías renovables, sistemas de almacenamiento de energía, y soluciones de eficiencia energética.
Cohesión social. Al trabajar juntos hacia objetivos comunes de sostenibilidad, las comunidades energéticas pueden fortalecer los lazos comunitarios, fomentar la inclusión social y mejorar la calidad de vida.
En resumen, las comunidades energéticas ofrecen grandes ventajas a nivel local. Ciudadanía, empresas, instituciones… son muchos los actores que pueden beneficiarse de ellas.
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